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<p>Todos los días, los empresarios toman miles de decisiones. Elecciones pequeñas y triviales: <i>papas fritas o ensalada - </i>y aquellos con mucho en juego, como las condiciones para la financiación adicional. Tarde o temprano no puedes invocar la energía mental para elegir. Ante las alineaciones de Netflix o las opciones para cenar, suspiras y le dices a tu pareja: "Lo que quieras". ¿Concedes desinteresadamente? No realmente.
No elegir nos hace sentir irreflexivos. Cuando la fatiga de decisión aparece en nuestras relaciones personales, se ve como negligencia. Entre colegas, indica falta de juicio, indecisión o, peor aún, incompetencia.
La fatiga de decisión es el agotamiento de la energía que conduce a un deterioro del juicio porque las elecciones requieren poder mental para los análisis multivariados.Si hago x, entonces habrá). La proyección de resultados, aún inconscientemente, tiene un costo biológico. El cerebro busca atajos y se vuelve imprudente cuando está cansado: las compras impulsivas y los pedidos diarios de comida rápida son prueba de ello. El atajo más rápido no hace nada. Estamos dando de baja.
«No importa» o «Depende de ti» son respuestas desconectadas que sugieren que la elección, e incluso la persona que pregunta, no es importante. Depende de nuestros socios o cofundadores elegir por nosotros. Para ayudarte a estar más presente en tus relaciones personales y profesionales, aquí tienes algunos consejos para evitar la fatiga de decisión.
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Practicar decisiones de agrupación
Las decisiones de alto riesgo reducen nuestros niveles de energía, pero también lo hacen los grandes volúmenes. Digamos que se necesitan 15 unidades cerebrales para hacer una gran elección, como contratar a un alto ejecutivo. En comparación, 15 decisiones pequeñas: medianas o grandes, calientes o congeladas, al momento o para llevar. también requieren 15 unidades de poder mental. Muchas pequeñas opciones también son agotadoras. Ayuda a planificarlos.
La toma de decisiones puede incluir cocinar una comida semanal el domingo por la tarde o armar un guardarropa cápsula y armar el atuendo de cada día la noche anterior. Piensa en Steve Jobs y su famoso uniforme: jersey de cuello alto negro, vaqueros azules y zapatillas deportivas.
Las sencillas opciones de vestuario y comida dejan un poco de energía para que puedas estar más presente en esas pequeñas elecciones que impactan a los demás. Taco Tuesday podría evitar una disputa durante la cena.
Tratar las grandes decisiones como tareas
Cuando se trata de consecuencias, trate la decisión como una tarea. Crea tiempo en tu calendario como lo harías para reuniones o citas. Tendemos a tomar decisiones precipitadas cuando tratamos de integrarlas con otras responsabilidades.
Estoy comprando un nuevo CMS, que no es abrumador, pero es un gasto. Dedico tiempo a la investigación, la selección y la incorporación para asegurarme de no hacer estas cosas esporádicamente y sentirme abrumado.
Si la elección tiene mayores consecuencias, reserva un poco más temprano en el día cuando estés más alerta. Un pequeño estudio publicado en la revista Cognición descubrió que los jugadores de ajedrez tomaban decisiones más lentas y precisas por la mañana y decisiones más rápidas y menos precisas por la tarde.
Esta táctica también se puede aplicar a las decisiones del hogar, como las vacaciones familiares. Permita tiempo para que cada miembro de la familia elija una actividad o excursión. Haga la planificación de su propia actividad durante un gran desayuno dominical. Tengo dos hijos y considero que el aburrimiento adolescente es un estado de ánimo importante y una consecuencia dinámica de un viaje largo.
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Conoce tu mentalidad emprendedora
En mi experiencia, los emprendedores tienden a experimentar uno de dos desafíos en la toma de decisiones: perfeccionismo o impulsividad. Ambos pueden conducir a la fatiga de decisión.
A los cerebros perfeccionistas no les gusta la ambigüedad y quieren tomar la decisión «correcta». En un escenario sin una victoria obvia, los perfeccionistas se sienten insatisfechos y estresados. Pero volver a la misma elección una y otra vez, sin ninguna información nueva, es tan agotador como elegir.
Un cerebro impulsivo, por otro lado, tomará cualquier decisión para aliviar la tensión de las decisiones no tomadas. Esto puede generar más errores, por lo que será necesario revisar las mismas decisiones. Es útil saber qué tipo de tomador de decisiones eres. Los perfeccionistas pueden recordar que las oportunidades se pueden perder si uno se demora demasiado. Los selectores impulsivos deberían dormir en él.
A diferencia del agotamiento físico, que es palpable, la fatiga de decisión es disimulada. Es posible que no nos sintamos fatigados cuando nuestro juicio es defectuoso, y es posible que no nos demos cuenta de cómo nuestro agotamiento de energía afecta a los demás. Lo mejor es formar buenos hábitos, para que no parezcas descuidado o desapegado. La toma de decisiones es una habilidad. Si no elegimos, no practicamos y no mejoraremos.